Pero ¿por qué un adolescente aceptaría el reto de quitarse la vida? El problema tiene su origen en la familia, generalmente cuando se viene de un hogar donde los padres no saben poner límites, lo cual lleva al joven a tomar decisiones sin mirar atrás, aún si su vida estuviere en peligro.
Por tanto, el adolescente vulnerable está más propenso a desarrollar una conducta suicida, debido también a varios factores como la depresión, la cual puede tener su raíz en influencias más profundas como su entorno, la familia, el colegio, su círculo de amigos, antecedentes de maltrato o violación, etc.
La adolescencia es el período en el cual el ser humano deja atrás la etapa de la niñez y entra a la edad adulta, iniciando con ello la búsqueda de su identificación personal. La edad adolescente es de cambios, hay desregulación y es muy importante el acompañamiento del adulto en esa transición, sobre todo si hay antecedentes o algún grado de ideas sobre suicidio.
Es en esa etapa en el que el adolescente necesita más que nunca una referencia, una guía o influencia que lamentablemente no la encuentra en su hogar debido a que muchos padres no asumen esta responsabilidad y su rol de guía queda relegada a terceras personas e incluso a la influencia de la Internet y las redes sociales.
Como lo evidenció el juego de la “Ballena Azul”, muchos adolescentes están expuestos a los múltiples peligros de la Internet debido a la facilidad que esta ofrece para tener acceso a todo tipo de contenido y, en el caso de las redes sociales, para conectarse con todo tipo de personas, incluso ‘desconocidos’, exponiendo su vida privada cuando no se las utiliza de forma segura, caso contrario, las redes sociales pueden ser una ayuda, aunque es muy importante que los padres conozcan en qué páginas navega el joven.
A continuación deseo compartir contigo 6 consejos para que puedas involucrarte con el adolescente y protegerlo, ya sea que este tenga o no antecedentes o cualquier grado de ideas sobre suicidio:
1. Escúchalo y conversa sin discutir
A veces pareciera que al adolescente le gusta discutir y poner a prueba la paciencia de los adultos, sin embargo, debes entender que la adolescencia es una etapa difícil, en la que incluso las hormonas juegan un papel fundamental en las actitudes y comportamientos del joven. El adolescente, aún inmaduro, está en el proceso de aprender a razonar y formar su criterio, por tanto es vital la guía del padre o familiar adulto. Anímalo a compartir sus pensamientos, opiniones, frustración, angustia o miedos; escúchalo con atención y felicítalo cuando lo haga, ayúdalo a evaluar su forma de pensar y deja a un lado la idea de que como adulto debes tener siempre la razón.
2. Dedícale tiempo
Los avatares de la vida, el trabajo y diferentes responsabilidades no deberían ser un obstáculo para pasar tiempo con el adolescente. Aunque a esa edad el adolescente prefiere estar con sus amigos y se vuelve reacio a la idea de pasar tiempo con sus padres, siempre habrá un momento que puedan compartir cuando ambos se encuentren en casa. Es fundamental en estos delicados años de su vida que te mantengas conectado con el adolescente y busques actividades en común como jugar vídeo juegos, juegos de mesa, salir a caminar, trotar, etc. y estés presente en su cumpleaños, graduación, entrega de alguna premiación, presentación deportiva o artística, etc.
3. Trátalo con respeto y dignidad
Brinda al adolescente susceptible un trato respetuoso teniendo en cuenta sus sentimientos, ponte en sus zapatos y recuerda que también fuiste adolescente. Al tratarlo con respeto crearás un ambiente mucho más agradable donde él se sentirá cómodo y feliz y no tendrá necesidad de ir a llenar sus vacíos afectivos en la calle. Recuerda que a un hijo se pierde en el hogar.
4. Bríndale afecto
El afecto es muy importante en el desarrollo del adolescente, especialmente si este presenta una tendencia a la depresión, ya que mejora sus relaciones y fortalece su estado emocional. Háblale con palabras cariñosas, caricias, besos, elogios, actos amables, reconocimiento de logros y cualidades, estas son expresiones necesarias para que el joven se desarrolle emocionalmente estable y pueda establecer relaciones de confianza, seguridad y respeto hacia los demás.
5. Sé firme pero también flexible
Un adolescente necesita de reglas y normas claras dentro del hogar ya que esto le brindará el marco o límites en el cual puede desenvolverse respetando a quienes lo rodean y a sí mismo. Un adolescente necesita saber qué se espera de él en todo momento para poder actuar en consecuencia. Pero ten presente siempre ser igualmente razonable y flexible, la flexibilidad se torna imprescindible en la crianza ya que le da equilibrio.
6. Busca apoyo profesional
Es muy importante que si detectas en el adolescente cambios anímicos o conductuales o identificas síntomas de una enfermedad mental como la depresión, la ansiedad, etc. que puedan estar afectándolo, debas buscar ayuda psicológica inmediata.
Con el apoyo de la familia y una adecuada evaluación, identificación e intervención, el adolescente vulnerable puede ser tratado y mejorará en dicho proceso, salvando así la vida de quien aún tiene mucho por delante.