La adolescencia no es fácil. Es una etapa difícil entre padres e hijos. En la mayoría de los casos aparecen etapas de rebeldía y de alejamiento e incluso oposición a los padres, esto hace que la relación sea aún más complicada debido a los cambios orgánicos y a la evolución de la sociedad.
Las funciones básicas de la familia son asegurar la supervivencia de los hijos (crecimiento sano), proporcionar un clima de afecto y apoyo, ofrecer la estimulación adecuada que los ayude a relacionarse con su entorno físico y social y tomar decisiones con respecto al tipo de educación que van a recibir sus hijos.